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Fechas Memorables de la Música Latina
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Chucho Sanoja (por: José A. Orellán)
Son muchos los nombres con los que
se escribe la historia de la música popular en Venezuela. Entre los directores
de orquestas bailables, resaltará por siempre el de Chucho Sanoja junto a Billo
Frómeta, Luis
Alfonzo Larrain, Aldemaro
Romero, y a quienes más adelante se les agregaría Renato Capriles con sus
Melódicos.
Jesús Sanoja, o simplemente Chucho Sanoja, nace el 26 de Septiembre de
1926, según cuentan en la esquina de Paradero, en Caracas. Su acercamiento a la
música se produce por intermedio de una deuda que decide “heredar” su
padre, de un difunto vecino, asumiendo el compromiso de cancelar un piano que éste
debía a un reputado establecimiento comercial capitalino.
A los ocho años de edad Sanoja recibe sus primeras lecciones de mano de
la para entonces organista de la Iglesia Los Salesianos. A los 16 años Sanoja
se inicia profesionalmente con la Sonora Caracas, de Leonardo Pedroza, director
además de la Leonard Melody. Sanoja va adquiriendo de Pedroza la experiencia en
el arte de arreglar, además del oficio de organizar y dirigir grupos musicales.
Sanoja continúa madurando como instrumentista, y sus pasos le llevan a
la orquesta de los Hermanos Belisario, una de las más populares del momento.
Para la década del cuarenta, la Radio está en plena expansión, oportunidad
que aprovecha el joven Sanoja, trabajando en el prestigioso espacio “Cada
Minuto una Estrella”, de Radio Libertador, tribuna por la que desfilarían
noveles figuras en pos de la consagración.
Posteriormente se mueve a Radio Tropical, donde respalda al
locutor-animador Amador Bendayán.
Los años 44 y 45 son vitales en la formación del Sanoja arreglista,
pues al incorporarse a la orquesta de Luis
Alfonzo Larrain, conoce a José Pérez Figuera, orquestador de la agrupación;
con éste, Sanoja profundiza los conocimientos adquiridos de Pedroza, por lo que
pronto recibe la oportunidad de arreglar algunas piezas para el maestro Larrain,
continuando con trabajos similares para Billo Frómeta.
Para 1951 Chucho Sanoja decide fundar su propia orquesta, junto a su
hermano y también músico Tomás Sanoja, actuando con regularidad en
Radiodifusora Venezuela y Radio Continente, además de amenizar los grandes
eventos de entonces, tales como la inauguración del Hotel Tamanaco en Caracas y
los Círculos Militares en todo el país, alternando con Billo’s
Caracas Boys, Havana Cuban Boys y Xavier Cugat.
La década del sesenta del siglo XX, recibe a Chucho Sanoja y su orquesta
con una amplia reputación, llevándole a visitar países como México, Colombia
y España, además de participar con éxito en los famosos carnavales caraqueños,
alternando con la orquesta de Tito Rodríguez en el Hotel Ávila (¡En el Ávila
es la cosa!), por cierto que este duelo amistoso de orquestas, quedó
registrado en un disco de larga duración: “En el Hotel Ávila Sigue la
Cosa” (1964).
La trayectoria y prestigio de Chucho Sanoja, hizo que el recordado Renny
Ottolina le contratara como director musical de su “Show de Renny” (RCTV).
Para finales de la década de los 60, Sanoja disuelve la orquesta y se dedica a
la publicidad, aunque para 1975 la reagrupa para grabar.
Por la orquesta de Sanoja desfilaron algunos de los mejores solistas que
hayan nacido o pisado tierra venezolana, baste mencionar a Víctor
Piñero, Manolo Monterrey, Kiko Mendive, Alberto Beltrán, Víctor Pérez,
Nelson Pinedo, Chico Salas, Héctor Barinas, Daniel Montes de Oca, entre otros.
A Chucho Sanoja se le reconocen sus dotes como pianista y arreglista,
quien además definió una personalidad sonora a su orquesta al utilizar
saxofones barítonos y flautas al unísono. De igual manera recordamos su
inspirada pluma al componer temas como “Magia Blanca”, “En la Soledad”,
“Maracaibo”, “Te Pude Alcanzar”, por citar algunos.
El 11 de Diciembre de 1998, Chucho Sanoja exhaló su último aliento en
la ciudad que le vio nacer. Hoy le recordamos con el mismo entusiasmo que nos
transmitió a través de sus trabajos musicales. Por lo pronto, permítanme
desempolvar mis añejos discos y disfrutar de las versiones que hiciera Sanoja
de “Lamento Naufrago”, “Ya Voy Hacia ti” y “Plena
Española”; les invito a que hagan lo propio, y se dejen embriagar por la
nostalgia de una época incomparable.
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