Billo Frómeta
Luis
Alfonzo Larrain
Chucho Sanoja
Alberto Naranjo
Graciela Naranjo
Rafa Galindo
Víctor Piñero
Felipe Pirela
Cheo García
Oscar D' León
Ismael Rivera
Rubén Blades
Héctor Lavoe
Hecho en Venezuela
30
Aniversario Oscar D'León
Gerardo
Rosales
| |
Felipe
Pirela
“El
Bolerista de América”
Por: José
Antonio Orellán
Del “Empedrao” para el mundo. Quien
conozca la ciudad de Maracaibo, capital del petrolero estado Zulia al
occidente de Venezuela, sabe que una de las mas populares zonas es la del
barrio “El empedrao”, (sic) como se dice en
criollo, o maracucho si así lo prefieren. De esta barriada han surgido
un grueso e importante número de poetas, compositores, cantantes, trovadores y
gaiteros, como se llama a los interpretes de la gaita, género autóctono.
Así pues, al humilde hogar de Don Felipe Pirela y Doña Lucía Morón
de Pirela llegó aquel 4 de Septiembre de 1941 la bendición de un
hijo, bautizado como Felipe Antonio Pirela Morón, a quien el
futuro, por su privilegiada voz, concisa compostura y particular
interpretación, le otorgaría el reconocimiento de “El
Bolerista de América”.
Durante sus inicios con "Los Peniques" |
Los
Inicios. Los
primeros pasos para el entonces novel cantante se da con las
orquestas de Juanito Arteta y Los Peniques, por las que transitó
sin mucha relevancia. De hecho, su llegada a esta última se da
por la insistencia de un amigo suyo relacionado a Jorge Beltrán,
el director de la agrupación. Para entonces Los Peniques contaba
con los vocalistas Victor Piñero,
Chico Salas, Ada Vizuet y Tony Izaguirre, lo cual le dificultaba
el camino a Pirela, quien se conformaba con cantar al menos una
canción en el último set bailable. Todo transcurría sin pena ni
gloria, hasta que un buen día el maestro Billo
Frómeta le escuchó cantar y mostró interés por sus
servicios.
|
Llega el gran momento. La
entrevista pautada con Billo
debía darse en la casa de los Pirela Morón, por lo que la
familia se preparó a fin de agradar al Maestro. Cuando éste
llegó a la vivienda no hizo más que expresar: “... Quiero
contratarlo para que sea el bolerista de mi orquesta. Usted
tiene mucho futuro... canta como los ángeles ...”.
Corría el año 1960, y a Billo le había sido levantado un
veto impuesto por la Asociación de Músicos del
Distrito Federal y Estado Miranda. |
Con la Orquesta Billo's Caracas Boys
durante el lanzamiento del LP "Paula". De
izquierda a derecha: Felipe Pirela, Cheo García, Paula
Bellini y Billo Frómeta. |
Billo comenzó a
reestructurar su orquesta, lo que para él sería su
“Tercera República”, sin duda alguna, la más exitosa
de su carrera y con la que trascendió aún después de su
muerte. Para ello se hizo además de los servicios de otro
maracucho: el guarachero Cheo García. Con la orquesta
Billo’s Caracas Boys, las voces de Felipe Pirela y Cheo
García adquieren gran prestigio, individualmente, y por la
manera como hilvanan sus voces y ritmos en los famosos
mosaicos creados por el Maestro. La orquesta causa sensación
en el Continente, al tiempo que la dulce voz de Pirela
seduce a cientos de miles de fanáticas, si se quiere huérfanas
de un ídolo, ante la ausencia de su hasta entonces amor
platónico: Alfredo Sadel,
quien había tomado la decisión de dedicarse al bel canto.
|
Felipe Pirela en una de sus presentaciones para la
TV. |
Una nueva
estrella en el firmamento. Pirela
obtiene fama con la orquesta Billo’s Caracas Boys.
Paralelamente comienzan a lloverle ofertas de otros países,
la más tentadora, desde México. El cantante le consultó a
su mentor, anticipándole sus deseos de mantenerse en la
orquesta en la que llevaba mas de dos años. No
obstante, Billo sabía que ya era hora de que Pirela
comenzara a volar; no sería él quien cortara sus alas, atándolo
a su orquesta, truncándole su camino al estrellato
definitivo. Tras la venia y asesoría de Billo,
Pirela parte al país azteca donde le esperaba el camino a
la internacionalización como solista y su posterior
consagración como “El Bolerista de América”. |
Una vez cumplido su compromiso en México Pirela regresa a
Venezuela, ya que había empeñado su palabra de matrimonio
a la joven Mariela Montiel. Las nupcias se celebran en
septiembre de 1964. Vale señalar que Pirela (23) es diez años
mayor que ella, al tiempo que la unión, tan furtiva como efímera,
llega a un triste desenlace con un escandaloso divorcio que
marcó al Bolerista de América para siempre.
El siempre bien recordado y apreciado
Felipe Pirela. "El Bolerista de América". |
“Sombras
nada más” o el auge y caída de un ídolo. Sumido en una fuerte depresión, con su decepción a cuestas, Pirela
decide marcharse de Venezuela. Su fama y prestigio
adquiridos le permiten abrir las puertas de Hispanoamérica.
En su exilio graba el LP “Entre tu amor y mi
amor”, que adquiere impresionantes cifras de ventas
traducidas en reconocimientos artísticos. Al tema
promocional que da título al disco se suma una
seguidilla de éxitos. A pesar de
ello, el mal ya estaba
hecho. Desmoralizado y socavado en su orgullo sufre
una nueva depresión, transitando senderos inesperados
que igualmente disminuyen el intenso brillo de su
estrella. Se radica en Puerto Rico, donde comienza a
cantar en locales nocturnos de dudosa reputación. |
Así
llega la fatídica noche del 2 de Julio de 1972. Según
cuenta la leyenda, luego de culminar su presentación
en el bar “El Molino Rojo” con su interpretación
del tema “Sombras”, se despide del dueño del
local y de los habituales clientes, tomando un rumbo
incierto. Interceptado en una oscura calle, y en
circunstancias aún confusas, una certera bala
extingue la luz de su existencia. Si el tema en cuestión
fue o no su última interpretación no es la razón
que nos ocupa ahora, así sea muy cierto como ajuste
al colofón de su triste historia:
“...
Pude ser feliz
y
estoy en vida muriendo
y
entre lágrimas viviendo
el
pasaje mas horrendo
de
este drama sin final ...”
("Sombras"
. Autores: Contursi - Lomuto)
Héctor
Lavoe. Recordando a Felipe Pirela. CD JM00545.
1979. |
Homenajes.
Día a día, en cada rincón del Caribe
Felipe Pirela es evocado desde el mas humilde
ciudadano hasta el mas brillante intelectual. En
cada rockola, vellonera, o cualquier estación
radial, al menos una vez se dejan escuchar sus interpretaciones. Constancia
de su influencia son los diversos homenajes
registrados en varias grabaciones, en
particular, el realizado por el puertorriqueño Héctor
Lavoe en "Recordando a Felipe Pirela"
(FANIA - JM 00545, 1979), así como el del
colombiano Jimmy Rey en "Señor
Bolero" (1998).
|
En Venezuela, la cineasta y periodista Milagros
Rodríguez le rindió tributo a través de su
documental "La vida es un bolero: Felipe
Pirela, El Bolerista de América" (2001).
Si bien es cierto que estos trabajos demuestran
la admiración por su legado artístico, el
hecho de permanecer en la memoria de su pueblo,
es el más sincero homenaje que un artista
merece en su viaje a la posteridad. |
|
|
|
|
|